Cuenta una historia que hace muchos años existió un hombre tan desesperado por no ser capaz de entender a las mujeres que les pidió ayuda a los dioses. Ellos vieron que tenía un gran corazón y decidieron convertir a nuestro hombre en una Luna llena, un nuevo astro de gran brillo para iluminar las largas noches oscuras
Tal y como los dioses habían planeado, todas las mujeres empezaron a hablar a la bella luna. Y nuestro hombrecillo tuvo la oportunidad de aprender sobre las inquietudes de las mujeres 24 horas al día, porque siempre había un lugar donde era de noche.
Pero nuestro hombrecillo empezó a excavar cráteres en su rostro para ocultar todas las lágrimas y sueños rotos. Pronto no quedó un metro cuadrado de luna sin excavar y la luna empezó a perder su brillo. Así que nuestro amigo acudió otra vez a los dioses y les explicó su problema. Los Dioses pensaron y decidieron que tuviera una cara visible y otra cara oculta y la tarea de nuestro hombrecillo era mantener bella la cara visible.
Nuestro hombre, feliz de ser amigo de tantas mujeres y casi a punto de entenderlas, empezó a hacerse viejo y a perder su capacidad de escuchar todo el día. Entonces volvió a pedirle ayuda a los dioses y estos decidieron inventar los ciclos de la luna, así podría escuchar unos días con la oreja derecha y otros con la izquierda. Y una vez al mes, durante la Luna Nueva, podría echarse una siesta y descansar.
Y esta era la historia. Pero hay rumores que dicen que el "hombre de la luna" está a punto de jubilarse, y que los doses andan buscando candidatos para sustituirle.
Se requiere: disponibilidad para viajar, horarios flexibles, no tener miedo a las alturas y sobre todo, saber escuchar. ¿Alguien se anima?
Ruth Urbano
1º B
1º B
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