Pensé si abrir o no la puerta, pues toda la casa estaba a oscuras y temía que alguien me persiguiera. No me quedaba otra escapatoria, así que..¡la abrí!, y una luz resplandeciente me cegó. De pronto sentí que algo me levantaba y me transportaba hacia algún lugar misterioso. Cuando ya sentía que estaba en tierra, abrí los ojos y ¡zas! aparecí en mitad del desierto cuando alguien gritó: ¡corten! ¿Quién es ese personaje?
Adelina Ciocan
LA NADA
Corría desesperadamente por el bosque, no sabía a dónde iba ni dónde se encontraba, pero en su mente sólo estaba el deseo de huir. Siguió corriendo hasta llegar a un pequeño acantilado, donde tropezó y casi cae, se sujetó con una mano y sin poder remediarlo miró hacia abajo, se extendían cientos de metros debajo de ella y al fondo había una nube de polvo. sentía pánico a caer, pero también a descubrir quién o qué le acechaba, de deshizo de las dudas y con todas sus fuerzas se levantó. Consiguió ponerse en pie y escuchó algo, se giró, sabía que no podía haber nada, sin embargo tenía un mal presentimiento. Vio una sombra debajo de ella y se giró lentamente, vio una borrosa silueta que no pudo identificar y en milésimas de segundo tenía una espada entre las entrañas. La silueta murmuró algo, la mujer mostró una expresión de sorpresa a la vez que de terror, derramó una lágrima que se deslizó por su mejilla y al caer desapareció en el aire. Con las pocas fuerzas que le quedaban sacó la espada de su cuerpo y se dejó caer. Su cuerpo se desvaneció en "La Nada".
Andrés Navarro
TARÁNTULA
Daniel Hernando
EL SECRETO DE LA CASA ABANDONADA
Ahí estaba yo, escondido en el armario de aquella casa abandonada viendo como un encapuchado traía una bolsa de basura que parecía muy pesada.
La casa, que estaba a dos manzanas de la mía, fue desocupada y se mantuvo así 6 años hasta que un día volviendo del colegio escuché ruidos en esa casa, desde esa tarde no pude dormir bien pensando en qué había allí. mi hermano mayor había estado llegando tarde unas cuantas noches porque estaba acabando la universidad, olía como a rancio, pero era normal teniendo en cuenta que trabajaba en un laboratorio de pruebas. Un domingo por la tarde decidí acabar con mis dudas y entrar en esa dichosa casa. Cuando llegué a la casa salté la valla del jardín y finalmente entré. Estaba observando aquel lugar vacío y lleno de polvo y con un olor repugnante que me llevó a la habitación de arriba, cuando abrí la puerta vi un montón de miembros de personas sobre una mesa, escuché un ruido y horrorizado me escondí en un armario que había cerca. Un hombre enmascarado vació una bolsa de basura en la mesa, cayeron dos cabezas y después el hombre se quitó el pasamontañas y yo, sinceramente, no pude creer lo que vi.
Ramón Peña
ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL INFIERNO
Era un día cálido de verano por la tarde, yo estaba viendo la televisión, aunque no recuerdo lo que estaba viendo.
Luis Rodríguez
AL DESPERTAR
Cuando despertó de aquel sueño tan extraño vio un par de hombres, los que intentaban matar a su hermano, pero al intentar levantarse para ayudarle se dio cuenta de que estaba enganchado con unas esposas. Ya era demasiado tarde, lo habían matado. Y entonces él intentó escapar, pero los asesinos se dieron cuenta y lo siguieron a través del bosque, entonces el niño pensó que todo había acabado, pero no.....
Eduardo Jiménez
LUCES NOCTURNAS
Entramos los cinco juntos en aquel oscuro lugar, procurando estar atentos en todo momento. Acto seguido, advertimos un pequeño punto de luz fijo al final del largo pasillo.
De repente, nos surgió un mar de dudas: ¿Vamos a investigar? ¿Cambiamos de dirección? ¿Nos vamos?
Carlos y yo les animamos a continuar, pero no fue la mejor elección. A medida que avazábamos daba la impresión de que se movía, y cada vez se oían ruidos y golpes que iban a más. Caminamos más rápido. Los ruidos aumentaban. Estábamos muy cerca de la luz...
Cuentan que, unos días después, encontraron nuestros cadáveres en las proximidades del lugar.
Se dice que la curiosidad mató al gato.
Álvaro Martínez
Vanessa, según nos han dicho, has encontrado otro trabajo, y te has ido del instituto. Es una pena, porque no nos despedimos y esta es la única manera que he hallado de contatar contigo. Espero que te vaya todavía mejor (si cabe) que como estabas, y te acuerdes mucho de nosotros.
ResponderEliminar¡Un saludo!
Álvaro Martínez